Mena describe a Tikal como uno de los sitios arqueológicos más importantes de la cultura maya. Explica su ubicación, clima, temperatura, suelo, geografía. Describe especies de flora y fauna que se encuentran en el lugar. Luego menciona eventos importantes que ocurrieron en Tikal, relacionados con la cultura maya: se inició 500 años a. C. y su Edad de Oro fue del siglo III al IX. Lista una serie de exploradores y arqueólogos que visitaron Tikal, muchos extranjeros, y que se llevaron piezas arqueológicas a sus países de origen. Después compara varios elementos de Tikal con Angkor, ciudad edificada entre las selvas de Camboya: arquitectura, escultura, ingeniería, agricultura, religión, astronomía e incluso el éxodo de las poblaciones en ambas ciudades. Grajeda Mena termina el análisis con la remembranza: “Y como punto final, recordamos que allá en medio de las ruinas, en el silencio de la jungla, el arqueólogo Teobert Maler, hace setenta y un años, pudo oír en la voz del dios del viento, el hablar de los espíritus de los antiguos mayas, lo cual le impulsó a bautizar a aquella ciudad sagrada con el nombre poético de Tikal: ‘lugar de los murmullos’”.